La importancia de un buen manejo de las finanzas personales radica en la planeación, que en términos simples busca aprovechar los buenos momentos a nivel financiero y prepararnos para los cambios naturales de la vida, cambios en los objetivos personales, en la economía, en el trabajo, familiares, de salud, etc. Por lo cual para navegar tranquilamente en los Ups and Downs que son inevitables, es clave tener en cuenta los siguientes aspectos.
1. Revisa tus objetivos
Para poder construir un plan financiero sólido es importante tener en mente las principales metas y objetivos financieros que se tienen. Estos objetivos varían entre individuos pues factores como la edad, la situación económica, si se tiene hijos, etc. Unido a esto, es clave priorizar las metas de las más urgentes a las menos urgentes.
Así, por ejemplo, una persona a los 40 años va a tener objetivos primordiales como ahorrar para la pensión mientras que una persona que apenas está ingresando a la fuerza laboral puede tener dentro de sus metas más cercanas: ahorrar para un viaje, comprar carro, casa, etc.
2. Define cómo vas a cumplirlos
Una vez se tengan definidas las metas financieras es momento de decidir cómo alcanzarlas. Las estrategias para alcanzar dichas metas pueden variar, así como también a lo largo de la vida varían los objetivos financieros.
A la hora de definir como implementar un plan para cada objetivo, inicia por los objetivos prioritarios, estima el valor del objetivo y el plazo para lograrlo. Luego revisa tu presupuesto y conoce cuál es tu capacidad de ahorro o endeudamiento, e igualmente revisa tus activos y deuda.
De esta manera, si gestionas tu presupuesto, podrás conocer si es necesario optar por recortes en gastos y así incrementar del nivel de ahorro, o estimar cuanto deben incrementarse tus ingresos a la luz de tus objetivos.
También puedes definir la estrategia para cumplir un objetivo desde la gestión de tus ahorros actuales hacia el vehículo de inversión más acorde. Si se tienen metas financieras a corto plazo es fundamental tener presente que la inversión que se elija cuente con alta liquidez. Cuando se tienen objetivos de inversión en un horizonte temporal más lejano, no se requiere un alto nivel de liquidez por lo que se pueden llevar a cabo inversiones más agresivas, que ofrezcan mayores niveles de rentabilidad.
3. Monitorea tus inversiones
Luego de haber elegido el vehículo de inversión acorde a los objetivos, es importante monitorearlos de cerca, pues con el paso del tiempo nuestras metas financieras pueden cambiar o, incluso, podemos incluir nuevos objetivos.
Esto se puede evidenciar en el caso del ahorro pensional. Cuando recién inicias tu vida laboral se pueden llevar a cabo inversiones más agresivas. sin embargo, a medida que te vayas acercando a tu edad pensional debes cambiar tus inversiones hacia un perfil más moderado o conservador que te permita disponer y preservar el capital en un corto plazo.
4. Cambia tu mentalidad acerca de la importancia de los seguros
A la hora de establecer metas financieras no se debe olvidar la importancia de contar con adecuadas coberturas personales y patrimoniales. Si tu patrimonio está en crecimiento probablemente tu eres tú principal activo productivo por lo que las coberturas de salud, incapacidad, y vida son fundamentales.
Igualmente, en la medida en que creces tu patrimonio, se empiezan a hacer más relevantes las coberturas patrimoniales como los seguros de hogar, auto y de las inversiones. Un adecuado nivel de coberturas te garantiza que si ocurre algún evento no planeado tu patrimonio va a estar protegido y vas a tener la tranquilidad financiera para afrontarlo.
5. Disfruta el presente mientras planeas para el futuro
Disfruta el proceso! la planeación financiera debe ser una fuente de tranquilidad y motivación, debe ser sostenible y flexible.
Un plan financiero te permite tener la tranquilidad de que estas construyendo un futuro y tus objetivos, al mismo tiempo que tienes una buena calidad de vida y que disfrutas sin remordimientos en el presente.