Sobre oferta y ajuste de precios en el sector de la construcción en Colombia | PRISTINE CAPITAL GROUP

La vacancia en el sector de edificaciones continúa debido a que, como resalta Sergio Clavijo (Director de la Anif), los constructores se rehúsan a ajustar los precios de los inmuebles a la baja (para equilibrar la oferta y la demanda) y no internalizan que el poder adquisitivo de los hogares ha disminuido por la depreciación del peso.

La sobre oferta de viviendas y la vacancia de oficinas en las principales ciudades  en Colombia llega a niveles del 16%, equiparable a las tasas de vacancia de Nueva York durante la crisis del 2008. ¿Estamos próximos a un ajuste en los precios de la finca raíz en el país?

Durante el 2010 – 2014 el auge en los precios del petróleo y el incremento de la inversión extranjera en el país ocasionaron una apreciación del peso colombiano posicionándolo en un rango de $1.750 -$1.900 por dólar. Esta apreciación de la moneda local no solo fomentó el aumento del consumo de los hogares sino también generó un incremento en la inversión en “tejas y ladrillos” por parte de las constructoras del país, lo que hoy en día explica la sobre oferta de edificaciones.

Esta sobre existencia de viviendas y la vacancia de oficinas (la cual llega a niveles del 16%, equiparable a las tasas de vacancia de Nueva York durante la crisis del 2008) es el mayor factor contributivo de por qué el sector de la construcción en Colombia continúa mostrando fuertes contracciones. Según las cifras de crecimiento de la economía colombiana, en el primer trimestre del año, este fue el sector que más sorprendió a la baja con un crecimiento negativo de -5,6% (se proyectaba un crecimiento de 2,7%) (DANE).

Desde el 2005 al 2018, el crecimiento del ingreso de los hogares ha sido del 4,8% mientras que el incremento en los precios de vivienda usada es del 8,2% y de vivienda nueva del 6,9%.

Dada la importancia de la dinámica de la construcción como motor de crecimiento en Colombia, de no empezarse a dinamizar el mercado vía precio (ajuste que según Clavijo debió haber empezado desde el 2017), es posible que indicadores como el PIB real y el desempleo se vean afectados, tal como fue el caso de España luego de la crisis del 2008.